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ARTE, ESPACIO PÚBLICO Y MEMORIAS: PROPUESTAS POST CATÁSTROFE*

Por Verónica Capasso


En los últimos años, la realización de performances, intervenciones y obras artísticas de participación colectiva en el espacio público se ha multiplicado. Estas prácticas artísticas, que irrumpen en un espacio de tránsito, anónimo, lo vuelven significativo, generando nuevos espacios de enunciación y a veces de disenso. A su vez, muchas veces convocan a lo comunitario, lo colectivo y lo participativo.


En este marco, me interesa, en particular, focalizar en prácticas artísticas en el marco de conflictos socio-ambientales, específicamente algunas de las propuestas surgidas luego de la inundación del 2 de abril de 2013 en La Plata (Buenos Aires). Ese día, una fuerte lluvia azotó a la ciudad y, en pocas horas, tanto el centro como la periferia se inundaron. El agua alcanzó en las casas los dos metros de altura. Hubo muchos muertos por motivos de ahogo o electrocución debido a la ausencia de un plan de evacuación y emergencia desde el municipio. La inexistencia de medidas de seguridad para contrarrestar el estado de emergencia civil sirvió también para darle más realce a los efectos devastadores de la falta de planificación urbana –la escasez de espacios verdes y zonas de absorción y la concentración edilicia en el casco urbano, acentuando los problemas de degradación urbana, contaminación sonora y déficit de infraestructura básica entorno a los servicios públicos (luz, agua, entre otros)– y el abandono de una reflexión en torno a la sustentabilidad de los cambios estructurales propiciados por las distintas gestiones municipales en la ciudad.


Si bien la catástrofe –como fenómeno social y producto de factores socioeconómicos y políticos– genera una ruptura del proceso de desarrollo, existen respuestas colectivas posteriores y espacios comunitarios de amortiguación. En La Plata, la inundación interrumpió el transcurso normal de la vida de la población afectada y produjo una serie de respuestas ciudadanas, entre ellas las artísticas.


Sostengo la idea de que, luego del desastre, se conformó una escena artística local, dinamizada por artistas y grupos ya existentes, así como por nuevos colectivos –artísticos y no artísticos–, que desde sus prácticas artísticas generaron sentidos sobre la catástrofe desde lo visual, audiovisual, performático y literario. Defino escena en términos de su localidad, históricamente situada, por tener lugar en un espacio físico y temporalidad específica y por incluir determinados actores que, en el marco de sus relaciones, la componen y la construyen. Una escena artística conecta prácticas socio-estéticas, discursos textuales, imágenes, objetos, gestos, relaciones y afectos.

Rápidamente el espacio público se pobló de murales, performances, lecturas colectivas de textos poéticos, instalaciones. Todo ello colaboró en visibilizar lo sucedido. Es importante decir también que las prácticas artísticas surgidas en torno a la inundación funcionaron como dispositivos para la construcción de memorias colectivas, opuestas a la memoria oficial, que negó las implicancias políticas y económicas del desastre y ocultó el número real de víctimas.


Monumento a los inundados, 2014

Asamblea Vecinal Parque Castelli


Por ejemplo, el colectivo artístico Volver a habitar realizó siete murales en siete barrios afectados de la ciudad. Cada intervención se hizo en dos o tres días consecutivos, mayormente durante fines de semana, y supuso un intercambio entre el grupo que emprendió la propuesta y los vecinos. De este modo, la producción del mural despertó el acercamiento de los vecinos y disparó las historias que el barrio tenía acerca de la inundación, lo cual fue registrado a través de fotografías y filmaciones que luego se materializaron en pequeños documentales. Aquí el arte no sólo permitió que emergieran las sensaciones y sentimientos más íntimos de aquel momento traumático sino también produjo una reconfiguración del trauma en imágenes “bellas”, es decir, se reconfiguró el momento trágico desde la forma de representación.


Mural del colectivo Volver a habitar, 2013

[Volver a Habitar #Los Hornos:

https://www.youtube.com/watch?v=KIaT4nGDI84&t=186s]


Un segundo caso, interesante por el tipo de práctica artística, fue el colectivo La marca del agua, que se conformó el 2 de junio de 2013, a dos meses de la inundación, en el marco de la Feria del libro Municipal, que se realizó en el Centro Cultural Pasaje Dardo Rocha. En esa oportunidad, y en ocasiones posteriores, el grupo organizó una serie de acciones poéticas performáticas colectivas que constaron de enunciar poesías que a la vez que describían el desastre natural, denunciaban el tratamiento que se hacía del hecho desde el municipio y desde los medios de comunicación.


Ciudadanos gritando poesía, 2014

La marca del agua


Los aniversarios de la inundación también adquirieron relevancia. Por ejemplo, a un año del desastre, el 2 de abril de 2014, varios colectivos, vecinos, artistas de la ciudad, familiares de víctimas de la inundación y asambleas barriales realizaron una performance por la ciudad de La Plata, en la cual a través del uso del cuerpo, tradujeron, reelaboraron, recrearon e interpretaron la catástrofe. Esta propuesta, simbólica y emotiva, culminó con el acto de depositar tres mil flores alrededor de las velas que la gente había colocado en las escaleras de la Catedral de la ciudad. La intervención performática fue grabada y difundida en formato audiovisual vía YouTube. En el video se ve la emoción y lágrimas de transeúntes al ver la intervención que remite a la inundación –en este sentido, la puesta en escena de la situación es un recurso que apunta a lo afectivo y sensorial para comprometer a los participantes–.


Video Intervención 2A


En suma, cada grupo social en cada momento histórico se expresa de diferente forma en el espacio, lo que permite hablar de espacios expresivos de determinada situación o experiencia –en este caso del acontecimiento de la inundación del 2 de abril de 2013. Por lo tanto, las ciudades no son solo calles, plazas, edificios y casas sino que son lugares de representación, imágenes, experiencias y acción de la comunidad y de diferentes grupos que protagonizan en ella su historia cotidiana. Así, la ciudad, como lugar de la historia, queda expuesta en imágenes y relatos.


A raíz de la inundación del 2013, se puede hablar del lugar de la catástrofe en el arte, es decir, cómo fue relatada y tematizada la inundación, a través de cuáles dispositivos artísticos –visuales, audiovisuales, literarios, etc.– y desde qué modos de producción y circulación. Pero además, el arte ayudó a construir un espacio que propició una serie de vínculos y conexiones entre las personas, donde operaron, según el caso, procesos artísticos abiertos y colaborativos, reuniendo diferentes artistas, con distintas trayectorias disciplinares y con modos diversos de producción, vecinos y otros participantes. Así el arte se volvió soporte para (re)componer –temporal y espacialmente– una trama de relaciones y lazos sociales –de encuentro, afectivos, solidarios– después de la inundación.



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* Este tema formó parte de mi investigación doctoral y continua siendo indagado en el marco de mi beca posdoctoral. Disponible en: http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/66337


** Doctora en Ciencias Sociales, Prof. en Historia del arte y Lic. en Sociología por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Argentina. Es Profesora de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP e investigadora posdoctoral del Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (UNLP/CONICET). Sus trabajos versan sobre la Sociología y la Historia del arte y se centran principalmente en el arte en el espacio público. Ver en: https://www.researchgate.net/profile/Veronica_Capasso

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